sábado, 19 de diciembre de 2009

El disparador

Las hortensias mustias
en un balcon ya ajeno
Mi cuerpo seco de llorar tantas lagrimas
el cotideano devenir de pensamientos amorfos
Este querer rescatarme
el querer soltarme
Aullando en la oscuridad
lamiendo las heridas
con solo dos testigos
ambos incapaces de hablarme
La soledad autoimpuesta
Esa mano que viene de donde menos la esperas
Los recuerdos que se tornan borrosos
¿Las cosas eran realmente asi?
O mi mente enferma creo otra realidad
Querer acercarme
estrechar un peluche como si fuera el tesoro mas hermoso
El sol que me pega en la cara
el dolor que me pega en el alma
Los ataques de angustia
por una planta que ya ni siquiera era mia
el querer poseerlo todo
el mirar desde mi ombligo
El exceso de expectativas
el futuro que siempre fue incierto
Lenta se desmadeja mi vida
ojala que los nudos que desata Laquesis
fueran mis problemas
por que no pedirle a Clotos que corte el hilo?
Esas invitaciones que con desden rechazo
No son quien espero, no son quien quiero.
Hace mucho tiempo supe tener hortensias
me recuerdan a mi abuela
saberlas muertas una y otra vez
es el disparador
Un duelo no cerrado
las cicatrices que al igual que las de mis brazos
se vuelven a abrir
Una guitarra en una casa de musica
melodias que se agolpan en mi cabeza
son las risas que añoro
Los abrazos ciberneticos
pauperrimos de ambos lados
rotos, tristes y despedazados
Migajas de seres humanos
que vamos buscando aquello que sabemos imposible
Cual Icaro pretendemos hacernos vuelo
y mas pronto caemos de bruces al suelo
(odio las rimas cacofonicas)
El sueño que no me visita
La ansiedad transformada en sombras
Mirar el reloj y pensar que pasen rapido las horas
acostarse y quedarse quieto esperando
esperando la nada
ese vacio que no se como llenar
El despreciarme, el quererme a traves de otros
Hay momentos en donde quiero tirar todo
romper todo, quemar todo
pero me doy cuenta que ya no queda nada
ya no hay nada
Solo un silencio,
solo unas flores secas en un balcon ajeno.

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